¿Quieres visitar uno de esos pueblos con un enclave espectacular? De los pueblos de Albacete este es el más conocido por aquella famosa película. Sientes curiosidad sobre qué ver en Aýna, sigue leyendo y te lo cuento.
Siempre está mi tierra. Recojo mis sonrisas cada vez que vuelvo a ella y me las llevo de nuevo allá donde voy.
¿Dónde se encuentra Aýna?
En la sierra del Segura, entre las paredes de la Sierra del Segura.
Si un día vi este pueblo bonito, ahora lo veo más bello que nunca. Ese pueblo que fue escenario de una película como «Amanece, que no es poco». Absurda, surrealista, como la misma vida en ocasiones.
Si queréis disfrutad de unas vistas preciosas y de la gastronomía manchega sin duda es una de las mejores opciones.
A tan solo 60 km de Albacete tomando la carretera CM-3203, esta ruta está especialmente destinada para los amantes de la moto con curvas enlazadas y diversión asegurada, además de una vistas extraordinarias.
Mirador del Diablo
El primero de los miradores que encontramos según nos acercamos al pueblo de Aýna es el Mirador del Diablo. Siempre me han atraído los miradores y eso que no soy muy amiga de las alturas.
La panorámica desde el mirador es impresionante, se divisa el valle, las zonas de escalada y el pueblo retando la naturaleza.
Mirador del Sidecar de La Rodea, «Amanece que no es poco»
El siguiente punto de parada será el Sidecar de La Rodea. Las vista algo menos espectacular que la anterior, no deja de ser bella.
Aunque menos espectacular este diría que es el más concurrido y es que tenemos ‘juguete’. En este lugar encontramos el Sidecar que aparece en la película, parece que es imposible no parar para la típica foto en el lugar.
Se abre la carretera en la curva conocida como La Rodea grande generando un balcón para el recreo turístico. Lo encontrarás lleno de coches y motos.
La verdad que yo quería mi foto ahí al menos una vez.
La Plaza Mayor
En la Plaza Mayor, peculiar por utilizarse en fiestas como plaza de toros, se encuentra un olmo centenario que entre el público que se sienta en la grada sobrevive el pasar de los años.
Paseando por Aýna
Paseando por las estrellas calles del pueblo, huele a pan recién hecho, magdalenas, … un olor que te atrapa. Miras el escaparate de la panadería y en menos de lo que has pensado estás dentro, no sabes ni por qué dulces decidirte.
Si has abierto apetito con el oler en sus calles, en nada llega la hora de comer y otra cosa no, pero mi tierra es tierra de comer bien. Nos gustan pucheros, potajes, calderetas, asadillos, migas, gachas, moje, atascaturras,… carne a la brasa y de postre dulces típicos ¡ojo a esos dulces típicos de Aýna, esos suspiros de Aýna!
¡Me está entrando un hambre!
Este momento nos encanta, ¿verdad? Reserva mesa y prepárate para disfrutar.
En mi caso, esta última vez, chuletas a la brasa, unos huevos fritos y patatas, sencillo, pero ¿A quién no le gusta?
Pasea luego a la ribera del río Mundo y relájate escuchando el paso del agua.
Qué hacer en Aýna
En resumen:
- Haz una parada en el Mirador del Diablo
- Contempla las vistas desde la curva del Sidecar de ‘Amanece que no es poco’
- Recorre por el pueblo alguno de los escenarios de la pelíula
- Visita su Plaza Mayor
- Comer carne a la brasa
- Llevarte unos dulces típicos de Aýna, unos suspiros.
- Acércate hasta la cascada del arroyo de La Toba
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